Creo que así el blog es más atractivo, antes estaba en una época gris, ahora blanca y rollo R]TRO.

lunes, 9 de mayo de 2011

¡PARAD UN SEGUNDO!



Siempre he pensado que la información es buena. Ahora me retraigo más en lo que dije aun sabiendo que soy esclavo de mis palabras, como dice el dicho. Me reafirmo, estamos sobrados de palabras y ausentes de silencios. De reflexión. Como periodista que me considero, aunque en prácticas, siempre admiré a quienes sabían lo que pasaba en casa sitio del mundo y lo contaban haciéndonos creer que eso era lo que ocurría. Sin embargo, con cerca de un año de experiencia me topo con la idea que todo sería mejor si meditásemos más de lo que lo hacemos, lo que publicamos. De que esta velocidad en que se vive en prensa, radio, televisión y cada vez más con las redes sociales, es buena pero no la única, sino complementaria. Recuerdo cuando Andrés Calamaro publicó en su Twitter que detestaba tener que resumir tanto lo que pensaba para plasmarlo en 140 caracteres que deja esa red. Y creo que esa red es la que resume el momento periodístico e informativo en que vivimos: notición (aparentemente), en pocas palabras y por tanto como mero titular. ¡Claro! ¡Por eso ha triunfado! Ayer domingo leí una entrevista al periodista que destapó el caso Watergate en el Post que le hicieron para Le Monde y que compró XL Semanal. Bob Woodward decía que echaba en falta un periodismo de investigación, donde tener fuentes es más que necesario y además unas fuentes fiables y contrastadas. Decía Bob que se entrevistaba con unos y otros durante varias horas y durante varias sesiones (recordemos que la ensencia del periodismo son las entrevistas y las conclusiones de lo que ahí se dsacan). Así descubrió y destapó a Nixon el periodista americano, con tiempo, midiendo los espacios y los momentos y sabiendo lo que vale y lo que no vale, lo que marea al espectador con datos inútiles y lo que de verdad es importante saber. Con esto desde luego no quiero hacer una crítica a los compañeros de profesión, lo que sí mando es una reflexión y una crítica mordaz a un sistema comunicativo que cada vez tiende más a la basura y a la mera propaganda en favor de a quienes no nos debemos, que son los ciudadanos. Una vez me dijo un jefe: "siempre pregunta lo que como ciudadano quieras saber, sin más". Como medios y periodistas nos estamos simplificando tanto que terminaremos siendo lo que a veces somos, unos meros papanatas y papagallos que repiten lo que un político nos lanza a nosotros (periodistas no ciudadanos como debiera ser) tanto en cortes de radio, declaraciones e tv o en prensa escrita. ¡Los políticos llevan ya en mayúsculas lo que tienen que decir a cada uno de los medios! Y eso me recuerda a una propuesta que leí en un diario de tiraba nacional ayer (día del Señor y la lectura) en el que se podía leer que un grupo de periodistas habían firmado un manifiesto para reclamar a los políticos que respondan en todas las ruedas de prensa que hagan sin dilación, por el simple servicio a la comunidad que les debemos tanto periodistas como políticos. Quizás por eso sea por lo que seamos ambas profesiones de la mano en la cola de los valorados, porque tenemos perdido el norte, nuestro fin, el sino. Lo dejo ya que me estoy alargando mucho y de seguir así nadie me leerá. Lo publicaré en twitter aunque solo sea para que alguien se pare y piense en el título del artículo.

1 comentario:

  1. En el momento en el que nos encontramos suena a utópico ese tipo de periodismo. No cabe duda que es el deseado por cualquier estudiante de la profesión una vez ejerza como tal, pero el sistema económico-político-cultural, el capitalismo, obliga a los periodista a trabajar de diferente modo. Si realmente te gusta esto no solo vale publicar publicar, sino marcarte pausas para reflexionar y comprobar las fuentes. Es un pilar imprescindible que se está perdiendo por desgracias, a favor de teletipos que son repeticiones de mítines aburridos o ruedas de prensas insulsas e incluso, en mucha de ellas, sin la posibilidad de preguntas.

    El periodismo como profesión está en crisis, también como negocio, aunque no tengo duda que en esta forma encontrará salida. Ahora mismo nos sentimos esclavos de este sistema y sólo veo la posibilidad de encontrar un nuevo modelo donde las prisas no venza al contrastar, la publicidad a lo relevante o la comodidad al servicio público.

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